
La Contaminación producida por el transporte público se debe al exceso de vehículos automotores, y por la quema de combustibles fósiles en especial la gasolina, el diesel, y el aceite.
En la ciudad de Chiclayo se realizan un promedio de 3 millones de viajes en 60 000 vehículos en proyección al año 2 009; cuyo promedio de antigüedad es de 21 años. De los vehículos en circulación, el 80,32% utiliza gasolina, el 19.1% petróleo, y el 1.8% el GLP como combustible (Dirección General de Circulación Terrestre).
Actualmente se permite la importación de vehículos usados con un máximo de 7 años de antigüedad, teniendo así que el 65% de los vehículos importados durante 2 000, fueron usados. La falta de requisitos técnicos y ambientales para la importación de vehículos, así como la ausencia de revisiones técnicas en el país desde 1987, han generado un parque automotor sumamente contaminante que constituye actualmente la principal fuente de contaminación de aire de la ciudad (excepto por significativas fuentes fijas puntuales de contaminación, ubicadas en algunas ciudades del Perú, como lo son principalmente las empresas de fundición de minerales y producción de harina de pescado).
La actual oferta de transporte público en la ciudad de Chiclayo, es superior a la demanda de la población debido a la falta de racionalización de vehículos por ruta de transporte público, lo cual incrementa considerablemente la contaminación ambiental.
Por otro lado, existen proyectos específicos en el transporte público de pasajeros, que si bien es cierto apuntan principalmente a mejorar la calidad del servicio; también consideran acciones específicas que ataquen la sobreoferta del parque automotor del transporte público y a la vez permita incorporar vehículos ambientalmente amigables.